miércoles, 23 de mayo de 2012

El Mein Kampf, la Internacional Socialista y ahora, la Prostituzione Intelletuale (I)


Soberbia connotación la que han buscado expresar con esta foto.

Como cualquier aficionado al fútbol podrá conocer ya, ayer se firmó el contrato de renovación por el cual José Mourinho será entrenador del Real Madrid C.F. hasta, por lo menos, 2016. Nada más enterarme de la noticia supe de que iría la próxima entrada que hiciese en este blog. Porque aunque de primeras se pueda ver como todo el madridismo está a favor de Mourinho, si creo que hay ciertos matices que provoquen que no esté del todo contento con esta decisión. De todos modos, viendo que el análisis es bastante complejo, dados los pros y los contras que puede levantar la figura del portugués a la hora de forjar una opinión sobre él, lo haré en varios post. Sin más, vamos con ello, y a ver que os parece.

Si planeamos este mundo desde la visión futbolística de la mayoría de los españoles, podría decirse que también existe bipartidismo: Mourinhistas y Antimourinhistas. Y luego estamos los que no nos consideramos críticos con mourinho, pero a su vez reconocemos los méritos logrados por el club desde que llegó.

Mourinho me parece un entrenador bestial. El mejor que he visto en mucho tiempo (y con diferencia). Ha llevado a dos equipos ninguneados por la historia (la más reciente en el caso del Inter) a lograr grandísimos éxitos. Tras ello llega al Real Madrid, un club sumergido en una crisis futbolística tal que en siete años apenas habían conseguido dos Ligas (y por ser el único que apenas se presentase, apeándose de la Copa y de la Liga de Campeones a las primeras de cambio), y sin un proyecto definido más que el regreso de Florentino Pérez a la Presidencia (DEP Pitina, su mujer), y un cheque en blanco para fichar. La diferencia es que el reto de devolver al más grande su grandeza no es lo mismo que lograr firmar los mejores años de equipos grandes también, pero no de las dimensiones del club de Chamartín. Y ese creo que ha sido su mayor error.

A diferencia de las demás plantillas en las que estuvo, las cuales deberían guarda una estatua de oro macizo del portugués en sus casa agradeciéndole todos los días lo que hizo por ellas, varios de los integrantes del conjunto madridista eran jugadores ya experimentados en la obtención de títulos, en especial el capitán (habiéndose marchado Raúl y Guti ese mismo verano), Iker Casillas, a quien Mourinho no le va a enseñar como ganar una Liga, con cuatro en su haber, o una Liga de Campeones, con las mismas que 'The Special One' en sus vitrinas. Si a esto le juntas la Eurocopa o el Mundial, tienes a, casualmente, parte del grupo de españoles, a quienes el aire de "hola, seguidme que os enseñaré a ganar" no va con ellos. Quizás se pueda ser algo menos narciso, pensarán.

En segundo lugar tenemos al aficionado. En segundo lugar dentro del artículo, en primero en cuanto a la relevancia en un club propiedad de sus socios. El forofo madridista está cansado del ciclo de deshonras que ha vivido con su equipo de toda la vida la última década: La contratación de un entrenador portugués porque Del Bosque "no era guapo", tres años de sequía sin títulos, la decadencia de sus estrellas, la política de sus nuevos dirigentes, la crisis institucional, el baile de entrenadores de segunda línea, el apearse en octavos de final de la Champions League siete temporadas seguidas, los fichajes de medio pelo, la difusión del Villarato, el mejor ciclo del eterno rival en su historia,... Tras esto, lo único que quiere el madridista es recuperar su grandeza. Le da igual la cantera, ya vendrán tiempos mejores en los que apostar por chavales, le da igual si es por lo civil o por lo criminal, quiere ganar, quiere bajar los ánimos de los culés, y quiere vestir a la Cibeles con sus mejores galas todos los años, el mayor número de veces posibles. Y para ello, Mourinho es el mejor entrenador del planeta fútbol, sin lugar a dudas.

Ahora bien: ¿Es necesario otorgarle tanto poder? ¿Cuál debe ser la relación con la prensa? ¿Qué tiene que opinar la directiva sobre todo esto? ¿Está rendida ante Mou? ¿Ha de cambiar algo en la política del entrenador a nivel de fichajes? ¿Es tan necesario el "silenzio stampa" para con los medios y, por tanto, el aficionado? Por último: ¿Viene bien renovarle ni más ni menos que tres temporadas más, además de la que viene que ya tenía firmada?

En torno a esa pregunta final viene todo el análisis, pero primero quiero presentarlo. Además que hoy parece que tengo la pluma sin tinta, sigo mañana. No desesperéis.

Un saludo.

El Mein Kampf, la Internacional Socialista y ahora, la Prostituzione Intelletuale (II)

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